“Gloria a Ti, oh Trinidad, y a los cautivos libertad”
Nuestro Colegio es un centro educativo católico parroquial que la Iglesia ofrece a la sociedad, para promover la formación integral de sus alumnos.
Nuestra misión: desde nuestro hacer como Comunidad Educativa, estamos llamados a ayudar al hombre a hacerse cargo en forma responsable de su finalidad existencial, asumiendo su propio proyecto personal de vida.
Nuestra visión del mundo y del hombre está inspirada en el Evangelio de Jesús. Y busca lograr una educación integral a través de la humanización y personalización del educando para que viva como hijo de Dios, hermano de los hombres y señor de las cosas, ayudado por la presencia viva de la Comunidad educativa.
Creemos en el hombre como valor supremo de la creación y en su capacidad de descubrir el bien y la verdad; que se asume como proyecto de una permanente conquista de sí mismo, y como sujeto y autor de su propia historia.
Junto con toda la Iglesia, creemos que la educación es un factor básico y decisivo para una cultura más acorde con las necesidades del hombre y del proyecto de Dios.
Creemos que a través de la Escuela Católica contribuimos a dar sentido Evangélico a toda realidad humana.
Educar es motivar el desarrollo integral de la persona, cultivando todas sus dimensiones.
Es facilitar al joven la consecución de los valores que lo humanizan y personalizan, tales como la sociabilidad, la libertad, la responsabilidad, la trascendencia, para llegar a ser “buenos cristianos y virtuosos ciudadanos”.
“La escuela ofrece a las familias un proyecto educativo que armoniza, fe, cultura y vida. Presenta la cultura como un medio de comunión entre los hombres y el saber como un compromiso de servicio.”
En las diferentes dimensiones de la persona, la escuela aspira a lograr:
Dimensión física:
Un educando que valore y respete su cuerpo y el de los demás, su desarrollo físico, sus posibilidades de expresión corporal y su salud, y los cultive a través de hábitos higiénicos, del deporte, de la vida al aire libre y del cuidado del ambiente natural y urbano en que vive.
Que adquiera el conocimiento, la aceptación y la valoración del crecimiento, de las capacidades y limitaciones tanto en sí mismo como en los demás, sin discriminarse ni discriminar a nadie.
Dimensión afectiva:
Que sea capaz de asumir y expresar el cariño y la ternura, integrando su personalidad sexuada, mediante una sana relación consigo mismo, con la naturaleza, con los demás y con Dios.
Que pueda dar y recibir amor, generar relaciones amistosas, asumir y valorar la familia, como ámbito natural de crecimiento y maduración.
Dimensión cognitiva:
Un educando que cultive la memoria, la inteligencia, la capacidad de síntesis, los criterios para la reflexión, el juicio crítico, los hábitos de la labor intelectual, así como las habilidades que le permitan asumir el trabajo como expresión creativa
Que adquiera los conocimientos suficientes y necesarios en el ámbito de las ciencias, el arte y la técnica, así como la capacidad de confrontación e investigación.
Dimensión comunitaria y social:
La educación motiva y acompaña al alumno para que –con autonomía y a la vez integrado a los demás- actúe en su ambiente respondiendo a su vocación misionera, solidaria y transformadora de la realidad social.
Que sea creativo para desarrollar respuestas adecuadas a nuevas realidades sociales desde la originalidad, la búsqueda, la profundización, la iniciativa
Dimensión ético – valorativa:
La educación considera a la persona humana como valor fundante de cualquier axiología. Fundamentado en la encarnación de Cristo, consideramos que todo lo profundamente humano es esencialmente cristiano. De aquí que la propuesta de valores tendrá una honda raíz humano-cristiano.
Mas allá de la expresión histórico-cultural de los valores, se pretende capacitar a los educandos para apostar por el valor del ser frente al tener, por el sentido de la vida, la esperanza, la solidaridad, la responsabilidad, la libertad, la justicia, la conciencia crítica, el trabajo creador, la interioridad, la tolerancia, el respeto por las diferencias, la reconciliación y la paz.
Dimensión Trascendente:
Somos conscientes que nuestro colegio es ya “frontera de evangelización”. Por ello, dentro del marco de libertad que implica toda opción de fe, queremos favorecer en los niños y jóvenes una vivencia auténtica del cristianismo: mostrando que lo religioso no es un elemento más, un añadido.
La plenitud de la vida sólo puede darse cuando se la vive interpretada en torno a Dios como principio fundamental de todo y el fin que ordena todos los fines intermedios. La meta última de la educación es la semejanza con Dios. “...sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo” (Mateo 5, 48).
Para todo esto aspiramos a que nuestros alumnos: